Raramente un divorcio es sencillo. Si estás transitando por uno, es muy probable que tus emociones estén a flor de piel y tengas muchas preocupaciones sobre lo que el futuro depara para ti.
Esto es una parte normal del proceso, aunque hay cosas que puedes hacer para hacer que tu divorcio sea menos doloroso.
Encuentra un buen abogado de divorcio.
Te querrás asegurar que tu divorcio tenga el tiempo y la atención que te mereces. Algunas firmas de abogados tienen por objetivo “quitarse de encima” la mayor cantidad de divorcios posibles para mejorar sus estadísticas. Pero como resultado de eso serás tratado como un número y no una persona.
En vez de eso, quieres un abogado que se tomará el tiempo de escucharte y entender tus preocupaciones. También querrás alguien cuyo objetivo sea mantener el trato amigable (pero que no tenga miedo de pelear por tus derechos cuando sea necesario!).
Si trabajas con alguien que comienza en “modo pelea”, los procedimientos de tu divorcio comenzarán con ese tono – y eso hará que todo sea más doloroso para los involucrados.
Se honesto
En primer lugar, se honesto contigo mismo sobre lo que estas atravezando. El divorcio duele. Y toma tiempo y dinero. Experimentarás obstáculos en el camino, y algunas cosas no resultarán como esperabas.
También es importante ser honesto con tu abogado. Recuerda, ellos estan para defenderte – no para juzgarte. (Y confía, ¡ya hemos visto y escuchado todo!) Cuanta más información nos des, mejor podremos hacer nuestro trabajo.
Pon a tus hijos primero.
Te puedes sentir herido. Traicionado. Enojado. Y esas emociones pueden empañar tu juicio al momento de hacer los procedimientos necesarios. Por dificultoso que pueda ser, trata de poner esas emociones a un lado, particularmente cuando se trate de tus hijos.
En la mayoría de los casos, es beneficioso que los niños tengan una relación con ambos padres. Asique, recuerda, a pesar de que estés terminando con tu matrimonio, aún necesitarás mantener una relación de co-crianza.
Se civilizado con tu pareja frente a tus hijos. Mantén las temáticas adultas privadas. Y de ser necesario, ten las conversaciones difíciles con un terapeuta o con tu abogado.
Busca terapia familiar.
Si tienes hijos, tu divorcio será también para ellos una gran transición de vida, y puede ser algo con lo que no estén de acuerdo o no puedan comprender. La comunicación es importante para ayudarlos a llevar adelante este cambio. Igualmente es posible que tus hijos no estén recibiendo mensajes consistentes de parte tuya o de tu pareja. O se sientan incómodos al hablar de ciertos temas.
Un terapeuta familiar experimentado puede ayudarte a navegar estas problemáticas y proteger la salud emocional de toda la familia.
Cuidate a ti mismo.
Busca apoyo en tus amigos y familia. Si no tienes en tu vida alguien que te proporcione el apoyo emocional que necesitas, encuentra un grupo de apoyo formal de divorcio. O busca ayuda por ti mismo. No minimices ni ignores tus sentimientos de duelo y pérdida.
Cuida tu salud física. Alimentate bien. Haz ejercicio regularmente. No dejes que se te pasen turnos con los médicos. Si no te estás sintiendo bien físicamente, se puede afectar tu salud psíquica rápidamente.
Y busca diversión. Podría ser juntarte con amigos. Retomar algún viejo hobby. O probar alguna actividad nueva. Di que “si” a todas las invitaciones que puedas, aún si no sientes que tienes ánimos de ir.
Aceptando esta nueva etapa de tu vida harás que el desapego sea más sencillo.
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